La minería en Mendoza no existe: son los padres

1. Jamás recibí subsidio ni dinero en publicidad de las empresas mineras en Mendoza o Argentina. Esto me permite opinar con libertad y sin compromisos. Sé que muchos periodistas no pueden decir lo mismo. Aún así es importante destacar esta independencia. Quizá si hubiesen sido contratados otros profesionales por las empresas mineras para comunicar sus intenciones, desarrollar estrategias de difusión y educación, la salida y el debate sobre estas industrias, en Mendoza, y concretamente en el caso San Jorge, no hubiese finalizado de la forma que sucedió. Pero eso es otro tema. Y otro precio.

2. Se dice que el 70 % de los mendocinos está en contra de la minería y se supone que esto se debe a la presunción que el agua está en riesgo, a causa de los efectos contaminantes. De todos modos son cifras de mitos, ya que no existe en Mendoza un dato de esta naturaleza que sea científico o riguroso. Pero, si fuera cierto, sería interesante conocer una lista de empresas que no contaminen. En verdad, hoy Mendoza es una ciudad sucia y contaminada. El mayor polo de desarrollo petrolero, incluso plantas de refinamiento de petróleo, se encuentra a menos de 30 kilómetros de la ciudad, en medio de Luján de Cuyo, zona vitivinícola de reconocimiento internacional. Ningún ambientalista parece estar preocupado por el funcionamiento de esta planta, al borde del río Mendoza, y al lado del Dique Cipolletti. Pareciera que esa planta, verdadera ciudad en medio del desierto, es ya un “bien adquirido”. 

3. La experiencia internacional indica todo lo contrario a lo que esta semana la Legislatura de Mendoza prohibió. Tanto en Chile, como en el resto de la América andina e incluso en el Atlántico (el caso de Brasil), o en países emergentes de Africa, la minería es absolutamente compatible con el desarrollo de la economía. Existen normas internacionales, instancias de control, organismos supranacionales, que garantizan la explotación de minerales, de modo racional, civilizado y eficiente. ¿Por qué Mendoza camina en dirección contraria al resto del mundo? ¿Por el supuesto 70 % de nativos que dicen estar preocupados por el agua? Si fuera así, el 30 % que estamos a favor le pedimos a esa “mayoría silenciosa” que arbitre medios más modernos, más eficientes, más inteligentes y menos corruptos para administrar el valor del agua. Hasta ahora, la experiencia en la administración del agua en Mendoza está teñida de irregularidades, de caprichos y de una alarmante falta de visión estratégica. Parecen ser más los negocios que las preocupaciones ambientales.


4. El debate sobre la minería no ha sido instalado por grupos ambientalistas de principios del siglo XXI. Por el contrario, documentos de prensa de principios de siglo XX ya hablan sobre distintas opiniones respecto a la explotación de minerales en Mendoza. Quisiera transcribir algunos párrafos publicados en San Rafael, en 1900: 
“Los poderes públicos de la provincia penetrados de la necesidad de ofrecer al capitalista minero, como al minero de buena fe y dispuesto a trabajar, todas las seguridades de una provechosa utilización de su trabajo o de su dinero, y que la provincia pueda obtener a su vez de ello las ventajas que es dado esperar de la industria bien dirigida, han reaccionado de la rutina y tomado medidas prudentes a fin de que esa industria se rehabilite cuanto antes del descrédito en que ha caído, y se levante en razón a la importancia que realmente tienen los diversos distritos mineros con que cuenta la provincia, tanto por la abundancia, como por la variada riqueza de sus filones”. 
Un siglo más tarde, la dirigencia política y económica de Mendoza, sumergidas en una mediocridad tal que las opciones electorales apenas dan para elegir entre lo menos peor, han retrocedido 111 años, al cerrar cualquier inversión de la empresa San Jorge. 

5. Hace apenas días (el 17 de agosto) se conoció el listado de las empresas con mayores ganancias (capital abierto) de América Latina y Estados Unidos. Se trata de un trabajo formulado por la consultora Economatica. Lo cierto es que la petrolera Petrobras es la cuarta empresa más lucrativa y la minera, también de bandera brasilera, Vale, ocupa la quinta posición. Ambas empresas quedaron atrás de Exxon Móbil, Chevron Texaco y Apple. El dato es que ambas son las únicas empresas latinas, entre las primeras veinte. Las ganancias se estiman considerando el período desde abril a junio de 2011. 

Insólitamente, la minera Vale tiene destacada actuación en Mendoza. Entonces: ¿Prohibimos a medias? ¿Prohibimos para algunos y para otros no? ¿Cuáles son las prerrogativas ambientales, sociales, culturales, económicas y políticas para impedir la inversión de compañías no argentinas en Mendoza? 

6. El candidato radical, Roberto Iglesias, siempre ha dicho “ni” en el tema de la explotación minera en Mendoza. Poco se le puede reclamar en este sentido. Más allá de la tibieza y del desconocimiento sobre el tema, los mendocinos sólo han escuchado de este candidato vaguedades, ambigüedades. El candidato del justicialismo, Francisco Pérez, en cambio, sabe de lo que se habla en el asunto, a punto tal que ha sido empleado de alguna de las empresas que buscaban desarrollar la actividad. Para sorpresa de propios y extraños, ambos candidatos han festejado el cierre de las actividades de San Jorge. 

Supongo que serán parte del 70 % de supuestos mendocinos en esa posición. Sería muy interesante para el supuesto otro 30 %, en los cuales uno deberá incluirse, que ambos candidatos le expliquen a los mendocinos algunos puntos, en relación al futuro de Mendoza: 

- ¿Cuál es el modelo de estado provincial que propician, si han desechado una industria de enorme potencial y valía económica? 

- ¿Qué otras industrias estarán prohibidas durante sus gestiones? ¿La tecnológica, la de juegos, las culturales, las aeroespaciales, las de producción de sapos? 

- ¿Cómo harán para producir más agua teniendo en cuenta que el modelo agrícola de Mendoza está colapsado por la escasez del recurso? 

7. Twitter. Esto es lo que escribí en el microblogging el mismo día que justicialistas, radicales y demócratas festejaban la prohibición de las actividades mineras de la empresa San Jorge: 

Decimos no a la minería. Es como decirle a Dios: mire, maestro, haga que llueva más o no sé, que nieve el doble o el triple, no sea maricón. 

Más que liderazgo, Mendoza necesita importante cantidad de psicólogos y otros clínicos mentales. Y petardos encendidos en el orto de varios. 

El mendocino medio cree que los malos son, en general, siempre los otros, los que vienen a saquear, a usurpar el desierto infértil. 

El mendocino medio cree que las mineras contaminan. Por eso le dan el manejo del agua a los empresarios más corruptos en décadas. Suena bien. 

La negativa a las inversiones mineras obliga ahora a los mendocinos a intentar fabricar agua. Veremos caravanas de nuevas Difunta Correa.

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