Maria Luiza: la chica del Fluminense

Por Mauricio Runno
"É mais que amor, é mais que paixão: é uma religião. Não. É ainda mais que isso. É um sentimento largo, que abriga todo tipo de emoção. É o sentimento na sua maior profundidade. É um amor tão intenso que é capaz de fazer um outro amor qualquer se sentir tomado pela inutilidade" (Es más que amor. Es más que pasión: es una religión. No. Es todavía más que eso. Es un sentimiento extendido que abriga todo tipo de emoción. Es el sentimiento en su mayor profundidad. Es un amor tan intenso que es capaz de hacer sentir que cualquier otro amor es inútil).

Las expresiones le corresponden a María Luiza, que es una fanática del Fluminense. Y aunque viva en Niteroi, lejos de los barrios más tradicionales del equipo de fútbol, el suyo es un mandato que ya su padre supo recibir cuando vivía en Tijuca. Tengo otra amiga, también de ese barrio, y Augusta es el del Vasco da Gama. Pero esa es otra historia. Maria Luiza cuenta que “la familia de mi padre es de Río, Tijuca. Barra”. ¿Pero no hay muchos fanáticos del Flamengo en esa zona? Su respuesta es inmediata: “Mirá, eso no tiene nada que ver..”. Le digo que está bien, que sólo era una pregunta. Y me aclara: En Tijuca vos encontrás botafoguenses, flamenguitas, vascaínos, tricolores, claro”. Tricolores es como se los conoce a los hinchas y al equipo de Fluminense, al menos en esta parte del país, ya que al sur el apodo les corresponde a los del Gremio de Porto Alegre.
Todo ha empezado por una convocatoria que hice con hinchas del club carioca, en una red social. Ella fue la única que respondió al llamado, que era bien simple: hablar de Fluminense, de la pasión por el fútbol y de la serie que hoy comienza con la semifinal ante el actual campeón del torneo, Boca Júniors.

Mauricio: Voce mora Niteroi mesmo? Bem legal. Eu sempre ia pra lá, direcao Buzios.
Maria Luiza Schueler: Ah, e voce é de onde?
Mauricio: Sou da Argentina.
Maria Luiza Schueler: Caracaaa! Eu amo muito o Brasil também... especialmente o Rio de Janeiro, claro. Mas adoro a Argentina
Mauricio: Idem.
Maria Luiza Schueler: Nunca fui aí, mas gosto.
Y luego de una pausa ella ríe.

Imaginar una risa es imaginar a una fanática del Fluminense, feliz por los avatares de su equipo, ansiosa por la llegada del partido, e ingenua por sus 19 años. El año pasado comenzó a estudiar Derecho, pero no le gustó demasiado. Así es que desde 2008 estudia Periodismo. Imaginar esa risa sin pensar que ella es carioca, que es apasionada por un músico excepcional llamado Cartola, y que dice que ella recién se va a casar cuando Chico Buarque se muera, es imaginar, entonces, una risa más allá de una risa. La risa de la garota es una gracia de los dioses que se confabularon para moldear cada centímetro de la Bahía de Guanabara, incluso Niteroi, que está enfrente a Río.
Esta separación ha provocado cierto histórico enfrentamiento entre las personas que viven en orillas contrapuestas. Uno de los mejores chistes que hacen los cariocas sobre sus “vecinos” es el siguiente: “¿Qué es lo más lindo que tiene Niteroi? Ni pensarlo: la vista desde allí hacia Río de Janeiro”. El ego carioca es simpático, a veces porteño, aunque nunca trágico ni pesimista.

Preciso de un relato apasionado. Es la naturaleza del fútbol, quizá la química que ningún dinero compre. A veces resulta el paraíso de un negocio en el cual las personas que deciden muchas cosas alrededor del fútbol no miran los partidos, esconden sus pasiones, las reemplazan por el dinero que planean en sus tretas. Nadie sabe por qué va a los estadios a alentar a su equipo, o a sufrir un resultado decepcionante o a quedarse afónico por ese gol que da la victoria. Ningún experto, pese a los intentos, ha podido explicarlo. Lo cierto es que preciso de alguien muy apasionado por el Fluminense, que me pueda contar, en otros colores y con subtítulos, algo parecido a la pasión. “Ah, yo soy, yo puedo”, dice Maria Luiza.

Tengo el doble de edad que ella. Creo que a veces festejamos los cumpleaños con la nostalgia de hacer una fiesta para olvidar que también vamos perdiendo ingenuidad. Es una teoría que frente a alguien que recién va por la mitad de un camino cronológico, invariablemente, hace pesar. La teoría no es muy completa, hasta ahora, y no muy aceptada, pero a veces resulta demasiado evidente.

María Luiza me pregunta por qué yo soy tricolor. No le contesto, o mejor dicho, le contesto haciéndole preguntas. No sé si es el mejor momento de decirle que no soy tricolor. Le digo, en cambio, que quiero escribir un artículo sobre el Fluminense, etc., etc., etc. Pero nadie ha dicho que los jóvenes de 19 años sean tontos, y quien ose decirlo corre un grave riesgo: subestimar a sus traidores. Ella repregunta: “Pero ¿vos sos hincha de Fluminense?”. Y cuando estoy pensando en otras opciones para salir del apuro, ella comenta que “mi familia es toda, casi el 70 %”. Y le digo que no soy hincha, pero no aclaro. Más bien mi respuesta es como que no soy hincha de nada ni de nadie, lo que no es exactamente cierto, aunque un poco sí.

¿Maria Luiza, con esa risa fatal, ese aspecto de niña camino a la madurez, será de las personas que alientan cada partido desde la tribuna? Siento un poco de celos por la situación. Pero, claro, no digo nada. “Gracias a Dios voy siempre”, responde, y agrega: “A todos los partidos en el Maracaná”. No siento más celos, o sea, los celos aquellos que pueden nublar la visión, que pueden arruinar la conversación. Siento otros celos: más normales, creo. Quizá por eso retomo el diálogo como si fuera un periodista deportivo. Le digo: “Tenía entendido que el Maracaná era el estadio del Flamengo”. Y me voy del límite para provocarla, sabiendo la respuesta: “¿Fluminense tiene estadio propio?”. Ella contesta: “Não!!!”, y aclara: “El Maracanã é o estádio do Rio de Janeiro. O Flu não tem estádio próprio, nem o Flá”. Los únicos equipos que sí tienen son el Botafogo y el Vasco da Gama.

Hay un bautismo del hincha, que es ritual y acontecimiento inolvidable. El historial que da la pertenencia, la asistencia al primer partido: “Es difícil recordar cuál fue el primer partido que estuve en la cancha, porque desde pequeña veo al equipo. Iba con mis abuelos, tíos, primos, padres, pero no daba mucha importancia. Lo que si recuerdo perfecto haber visto (en casa, por televisión), fue la final del Campeonato Carioca de 1995”. Hasta ese momento no sabía su edad. Quiero decir que había visto sus fotos, en ellas parecía muy joven, pero, cuando uno ve fotos de una mujer linda, no piensa que eso se corresponde a una edad, sino más bien a un estado. No sabía que ella era demasiado joven. Por eso insistí, diciéndole que era muy pequeña por entonces. No me respondió inmediato lo que deseaba saber. Antes me dijo que había festejado el campeonato con su padre. Recién después de una pausa lo dijo: “Tengo 19 años”.

Una de las cosas por las cuales me animé a dejarle un mensaje para esta nota, entre miles de fanáticos del Fluminense que encontré en Internet, fue que en su álbum de fotos ella tenía muchas fotos de Chico Buarque. Y una especialmente muy divertida, con el poeta, escritor y cantante vistiendo la camiseta tricolor. Chico aún hoy juega un picado de fútbol con sus amigos, con su famoso equipo Politheama. Pienso: si voy a tener celos, que sean fundados, que sea entonces un talento impar quien desvele a Maria Luiza. Me gustaría que Chico fuese del Flamengo, o que no le gustara el fútbol, que fuera otro más de los tantos creadores que creen que el fútbol es una estupidez, un pasatiempo que los ricos han convertido en religión de pobres. Pero Chico es gigante: escribiendo, cantando. Una canción de él, de las últimas, me es imposible quitar de mi costado emocional: “Dura na queda”. Comienzo a bailar con esa música, a recordarla cuando la oía en Brasil. Es una especie de antídoto para lo que viene.

“Yo soy fans de él. Lo adoro. El es de nuestra hinchada. También Tom Jobim”, dice. La palabra “adoro”, en portugués, es tan distinta al uso en español, que no puedo dejar los celos. Sé que Vinicius de Moraes era de Botafogo. Y se lo hago saber, inútilmente, como si alguno de los nombrados fuera mejor que otro, como si ellos ahora pudieran no existir y dejarnos, a María Luisa y a mí, a solas, en la mitad del campo, con el estadio vacío. Un momento así sería sublime. Ella me mostraría algunas jugadas que terminaron en goles que conquistaron campeonatos o clasificaciones, como la de la semana pasada, cuando en el último minuto del partido, en el Maracaná, claro, dejaron fuera de competición al San Pablo. Fue un córner, llovido, que buscaba la cabeza de un jinete del Apocalipsis. Y en ese vuelo angelical un frentazo tricolor evitó los penales y el paso directo del Fluminense a las semifinales de la Libertadores.

¿Ustedes creen que es un sueño ganar la Copa Libertadores? “Claro! Más todavía porque sería un campeonato inédito para nuestra gente”, comenta. Y me conmuevo. Decididamente tambaleo. Agrega: “Nosotros hemos pasado por mucho sufrimento y dificultades en 1996 y 1997”. Se refiere al descenso de su club, no sólo a segunda, sino a tercera categoría. Fluminense jamás llegó a una instancia como la actual en el campeonato de América. Por un momento me pongo práctico. Debo. Es lo que haría un periodista. Y preguntó por el resultado del partido en Buenos Aires. Y María Luiza ríe, ríe otra vez, más nerviosa que antes porque minuto a minuto el tiempo se consume y lo que importa es que la pelota comience a ser jugada en la Bombonera. Cuando se deja de reír, dice: “Yo estoy con confianza, a pesar de ser Boca. Tal vez ganemos 2 a 1. Pero si se saliera 1 a 1 estaría más que satisfecha”.

"Eu vou cantar essa paixão que vem de dentro
Um sentimento verde, branco e grená
Camisa tricolor e a bandeira ao vento
Meu Fluminense, eu vim aqui pra te apoiar
Olê olê, meu tricolor amo você"


"Ôôô Fluminense, eterno amor
É por isso que eu canto
Eu visto esse manto
Orgulho de ser Tricolor"


¿Qué es lo que más miedo tiene de Boca? (Es una pregunta directa, es la pregunta que todos quieren saber, todos menos yo). “El fútbol de ellos es muy bueno. Pero tengo más miedo de la misma tradición. De la presión. Mi corazón ya está acelerado de sólo pensar”, responde. Otra pregunta (que sólo me interesa a mí, y a nadie más, a nadie más le debería interesar, no me gustaría que a nadie más le interesase, lo digo en serio). ¿Podrías tener un novio del Flamengo? Y después de preguntarlo me río, como si fuese carioca a punto de ser ejecutado en una silla playera. Me río porque alcanzo a dimensionar la ridiculez de mi edad, mis vanas pretensiones, la imposibilidad de escribir una nota común. Maria Luiza también ríe. (Siento que reír es un derecho humano, que los abogados deberían ponerse a trabajar en ese aspecto. Les puedo contar de María Luiza como leading case).

“Ya tuve un novio que era del Flamengo”. (Silencio, silencio espectral, como antes de un veredicto. Es un silencio que no es salud, no me hace bien, me cuesta respirar). ¿Has tenido un novio, María Luiza? Me río, tonto, río tontamente. “Sí, pero nosotros no peleábamos mucho porque el ni siquiera le gustaba mucho el fútbol. Y se reía mucho de mí cuando yo quedaba enojada”.

Me pudo sobreponer. Quince minutos de charla bastaron para que todo volviera a su objetivo: escribir sobre la pasión. No le dije muchas cosas que realmente sentí cuando las sentí. Preferí pensarlas, o hasta omitirlas. Pensé muchas cosas durante la charla. Nunca le dije que en Brasil yo era hincha del Flamengo. Y que en Argentina de Boca. Se enterará. Y supongo que todo se irá al diablo por un par de resultados, malditos o no. El fútbol en Sudamérica es lo más parecido al amor: siempre hay una revancha en el horizonte.



Chico: Dura na queda

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Mauricio no te conozco personalmente, pero simplemente quería decirte que la historia está escrita en forma brillante.
Saludos

PD: Y ojalá al final de la serie la que sonría sea María Luiza :)
Mauricio ha dicho que…
Javier, muchas gracias. Sigo tu blog, que es una verdadera muestra de periodismo digital, y desde hace bastante tiempo, antes de las modas de los medios, y los miedos de los medios. Tampoco te conozco personalmente pero te ubico de tus notas en Diario UNO. Un gran saludo y creo que no has dicho que sos de River, lo que completaría un cuadro reservado. Con onda, che. Nos vemos.
Cecília Murgel ha dicho que…
Maurício..não entendo nada de futebol, e posso fazer minhas as palavras de Javier, tb não te conheço pessoalmente, mas..sua história realmente está escrita de forma brilhante!...
Anónimo ha dicho que…
Muy bonita la nota, Runno.La leí con placer..una pregunta:¿Era necesario postear la foto de la muchacha en sosten? Aunque pensandolo bien, sus atributos lo justifican. saludos.
Mauricio ha dicho que…
Cecília, tudo bom? Eu acho que voce me conhece, até demais né. Ainda assim muito obrigado por tua gentileza. Temos para desenvolver mais um blog.
Lú: Maria Luiza no está en sostén, en la foto que ha cautivado tu atención, sino en bikini. Y me parece que no estál.
dieguin02 ha dicho que…
Ciertamente ud ha escogido una persona que ama mucho nuestro Fluminense! conozco iza hace poco tiempo pero ya he podido ver que ella y su hermana son "fuedas"! ahuahuahauahua beeeijo malu! quero foto autografada agora! AHUAHUAHUA

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