El falso Renoir que Donald Trump dice que es "verdadero" y además suyo


El mundo de Donald Trump al frente de Estados Unidos está lleno de "arrepentidos". Ayer se conoció a uno nuevo en esa lista, por pericia del periodista Nick Bilton, de Vanity Fair. 

El turno en este caso fue de quien supo ser el biógrafo de Trump, el señor Tim O'Brien.

"Hace años, mientras escribía un libro sobre un desarrollador inmobiliario y una estrella de reality de la televisión llamado Donald Trump, Tim O'Brien lo acompañó en un viaje en su avión privado a Los Ángeles", escribe Bilton.  O'Brien describe a la nave "demasiado adornada". Y le llamó la atención que en una de las paredes hubiese una pintura de dos niñas, una con un sombrero naranja y la otra con un sombrero floral, al estilo impresionista de Renoir.

Curioso, O'Brien le preguntó a Trump sobre la pintura: ¿Es un Renoir original? Trump respondió afirmativamente. Lo es, dijo. "No, no puede ser, Donald", respondió O'Brien. Pero, una vez más, Trump dijo que sí lo era. "Donald, no lo es", dijo O'Brien categóricamente. "Crecí en Chicago. Y esa obra de Renoir, que se llama Dos hermanas en la terraza, está colgando en una pared en el Art Institute of Chicago".

Trump, por supuesto, no estuvo de acuerdo. Y O'Brien, más educado, cambió el tema de conversación y continuó con su entrevista. 

"Pero al día siguiente, cuando abordaron el avión para regresar a la ciudad de Nueva York, Trump volvió a señalar la pintura, y como si la conversación nunca hubiera sucedido, señaló a la falsa y proclamó: "Sabes, es un Renoir original". O'Brien eligió no discutir y selló la conversación para siempre.

"Pasaron los años. O'Brien escribió un libro explosivo, titulado "TrumpNation: The Art of Being the Donald, que reveló que Trump no era en realidad multimillonario, sino que valía alrededor de 150 a 250 millones de dólares. A Trump no le gustaba ser etiquetado como un miserable millonario, por lo que demandó a O'Brien por "malicia" y perdió. Con el tiempo Trump vendió aquel avión y lo cambió por uno más grande. O'Brien supuso que el Renoir falso había sido arrojado a una hoguera. Y ese fue el final de la historia", anota el periodista. 

Luego, en 2016, sucedió lo inimaginable: Trump fue elegido presidente de Estados Unidos. Días después, Trump se sentó con "60 minutos" para una de sus primeras entrevistas como presidente electo. 

Tim O'Brien estaba mirando la entrevista, que se realizó en la Trump Tower. Estaba muy coreografiado, con cámaras instaladas precisamente donde Trump las quería. O'Brien vio a Trump sentado en un mini-trono feo. "El tipo de mobiliario que Trump adora", señala O'Brien. Y efectivamente, en el fondo, colgado de la pared, estaba ese falso Renoir. 

"Estoy seguro que todavía le está diciendo a las personas que entran al departamento: 'Es original, es original...'", apunta O'Brien, entre risas.

La historia es tan cómica como triste y "absolutamente estrambótica en muchos niveles", pero también "es emblemática de la esencia misma de Trump". Por qué. "Él cree que sus propias mentiras duran décadas. Dirá las mismas historias una y otra vez, independientemente si los hechos están o no frente a su rostro". Y, como O'Brien señala, eso es lo que hace que Trump sea tan peligroso en su guerra actual con los medios Alrededor de las llamadas noticias falsas "su base es que él es el árbitro final de lo que es verdad y lo que no es", dijo O'Brien. "Esa es una de las razones por las que es tan peligroso".

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